El subsecretario de Transporte Público asegura que el proceso ha sido transparente
Javier Reyes Romo, subsecretario de Transporte Público afirmó que se está cumpliendo a cabalidad con las bases de la convocatoria del concurso de concesiones.
En entrevista aclaró que la instancia a su cargo llevó a cabo el proceso de análisis técnico de la documentación que presentaron los aspirantes y, con base en las calificaciones de cada uno, el gobernador definirá “quiénes serían los afortunados”.
Al respecto aclaró: “No quiere decir que si un aspirante tiene una buena calificación ya tiene la concesión asegurada”.
Reyes Romo afirmó que se trató de “buscar los equilibrios de participación” pues se permitió que todos los interesados se registraran.
«La subsecretaría ha cumplido a cabalidad con todo el proceso, le entregamos cuentas al gobernador y ahora está en la cancha del señor gobernador la última decisión»
Luego reconoció que “es normal que quien no se vea beneficiado sí va a mostrar algo de molestia” ya que en algunos municipios, la mayoría no obtendrá concesiones debido a la alta demanda.
En el caso de la capital, donde hay 47 concesiones disponibles, sólo una cuarta parte de los 187 aspirantes obtendrá alguna concesión, mientras que, en el caso de Guadalupe, sólo sería beneficiado el 46% de los 132 transportistas interesados.
Agregó que dicha disparidad no se tendría en Fresnillo, pues prácticamente el número de concursantes es el mismo que el de las concesiones disponibles en dicho municipio.
Mencionó que esta semana se espera publicar la lista de resultados definitiva para las 358 concesiones, de las cuales 267 corresponden a taxis, 11 son de camiones suburbanos, 59 rutas foráneas, 18 de materialistas y tres de servicio de grúas.
Concurso Inédito
Aunque insistió en que “no puede haber para todos porque el número de participantes rebasó al número de concesiones”, afirmó que este procedimiento dejará un buen precedente pues históricamente se otorgaban “en lo oscurito, por debajo de la mesa”.
Agregó que las asignaciones se hacían justo al final del sexenio, beneficiando sólo a quienes pertenecían al círculo cercano del gobierno, como amigos, y conocidos de las autoridades, “gente que no tenía nada qué ver con el transporte”.
Aseveró que “ningún gobierno se había atrevido a lanzar una convocatoria” en la que se publicaran las calificaciones y los nombres de los beneficiarios como se hará ahora: “más transparente no puede ser”.